Llega uno de los tantos controversiales remake del poco inspirado cine de hoy en día. En donde de la cinta clásica de Paul Verhoeven de 1987 apenas conversa el nombre.
El cine busca llegar cada día a más y más espectadores y como al presidente de OmniCorp lo único importante es vender a base de un buen nombre, pero no por la calidad de su producto. Tomamos un clásico con grandes dosis de violencia, una crítica social y política fuerte, y la transformamos en un producto descafeinado para toda la familia. Obviamente el resultado final no puede ser bueno. En estos tiempos donde el cine es mucho más aguado que antaño y falto de idea que no sean repetir lo que ya se hizo pero bajo una calidad inferior, Robocop no se muestra como la excepción a esta regla.
El brasileño José Padilha (Tropa de Élite) es el capitán de este accidentado proyecto en donde una filtración del guion puso sobre las cuerdas al director y retraso casi un año el regreso del mejor policía de Detroit a las cines.
En esta versión la seguridad mundial se encuentra solventada en autómatas eficientes pero faltos de humanidad y Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo en el donde no están permitidos que patrullen las calles (una de las cosas menos creíbles de este guion). Por eso OmniCorp busca explotar un vacío legal y decide crear a Robocop para ganarse la simpatía del pueblo y con eso poder posicionar sus máquinas como defensoras de la ley.
Luego de un comienzo potente y estimulante pasamos a una larga introducción de la vida de Alex Murphy (Joel Kinnaman) en donde se nos quiere vender el concepto de familia, pero todo se nota demasiado artificial y la química se diluye con actuaciones que sin ser malas, tampoco son buenas. Gracias a una explosión, en una forma mucho más limpia de tener un “policía muerto” sin que haya una sola gota de sangre en toda la película. Nos dan el puntapié para que Alex vaya cambiando de cuerpo en cuerpo puliendo sus habilidades como policía ciborg.
Como mensaje algo más profundo esta la denuncia hacia el capitalismo salvaje y el abuso de las técnicas de mercadotecnia para manipular a las masas. Gary Oldman realiza una interpretación correcta del creador de RoboCop, mientras que Michael Keaton se muestra solido dando vida al villano de turno. Pero quien realmente destaca es Samuel L. Jackson, quien en sus presentaciones en forma de programa televisivo consigue aportar el tono crítico y a la vez humorístico que hallábamos en la obra original de Verhoeven.
Mientras que su protagonista Joel Kinnaman se muestra falto total de carisma. En esta versión del diseño del traje se buscó mostrar más el rostro que la obra original para “trasmitir más” algo que no se logró para nada. Se deja de lado la batalla hombre maquina para dar paso a un simple “botón” que apaga o enciende la humanidad de Murphy, eliminando cualquier vestigio “real” de conflicto interno.
Conclusión: Remake innecesario, descafeinado y falto de escenas de acción (todas se muestran en los tráiler) que nada tiene que hacer en comparación a la obra original. Pero de tener éxito en taquilla tendrá infinidad de secuelas.
Lo mejor:
- Michael Keaton y Samuel L. Jackson.
- Historia muy poco comprometida.
- Se pierda la esencia fundamental de la obra original.
- Un Robocop falto total de carisma.
5-12
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