Rincón osado: Nota 5

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lunes, 4 de julio de 2016

Critica: Sexta temporada de 'Game of Thrones'.

Con personajes secundarios fulminados de un plumazo, protagonistas totalmente de manual y una trama totalmente predecible 'Juego de Tronos' se encamina hacia su final.




CONTIENE SPOILER.


Hace un par de semanas termino la sexta temporada de 'Game of Thrones', un año  muy particular porque era la primera la cual partía sin un libro de base (al menos para nosotros los simples mortales) algo que se notó mucho en el transitar de del programa. Es verdad que el propio George R. R Martins se encuentra bloqueado a la hora de por fin brindarnos ‘Vientos de invierno’ justamente el nombre que han optado los productores para el último episodio de esta temporada. Porque si bien Danza de Dragones’ es un libro interesante la historia se empantana y no parece avanzar demasiado. Por eso en el programa no han perdido tiempo a la hora de asesinar personajes secundarios con mayor o menor sentido para que el camino de los protagonistas sea más claro o mejor dicho más tradicional.  

  


¿Cómo se logró esto? Cerrando  sub  tramas de todos colores desde  aquellas que funcionaban (el juramento de Brienne), hasta aquellas que no tanto (el aprendizaje de Arya) y  otras que fueron un error garrafal (las conspiraciones de Dorne) la que se solucionó de forma muy poco creíble. Ahora Benioff y Weiss han pasado la escoba y todo queda limpito y reluciente para lo que parece que serán dos últimas temporadas más cortas de lo habitual aunque aún no se ha especificado cuanto durara cada una. 

Pero este resultado final no me ha dejado un buen sabor de boca en su totalidad, si buenos momentos como la revelación de Melisandre al final del primer capitulo o la excelente producción del ultimo (el episodio más caro de la de la historia de la televisión por sus 10 millones de dólares). Pero siendo el momento más memorable el protagonizado por Hodor seguramente una idea original del propio George R.R Martins y no una simple libertad creativa de los productores.



Pero lo demás es demasiado perfecto, ordenado y por sobre todas las cosas demasiado predecible, una palabra horrenda si estamos hablando de ‘Juegos de tronos’. Daenerys uniendo a los Dothrakis por arte de magia (nunca mejor dicho) para que estos venzan su fobia ancestral  hacia el mar en apenas un día.     Es su narrativa el programa ha estado supeditado desde el principio a contar un porcentaje muy alto de una historia original extensa y complicada, que funciona en las novelas, pero no siempre en la serie de HBO. Solo hay que preguntarle a una gran mayoría de espectadores casuales quién es este personaje, dónde vimos por última vez a este otro o cuál es la relación entre aquellos dos que acaban de tirarse cinco minutos hablando de algo.
En ‘Game of thrones’ pasan muchas cosas a costa de elipsis (saltos narrativos entre los que se supone que entendemos qué ha ocurrido por lógica o contexto) y hay muchos personajes de los que no sabemos lo suficiente como para que nos interesen o nos importen. 



Y este año la geografía  y el paso del tiempo de los Siete Reinos ha sido, cuando menos, algo elástica. Mientras Brienne tarda varios episodios en llegar de un terreno de Poniente a otro (y al final desaparece sin que sepamos muy bien adónde va ni por qué no ha luchado en la Batalla de los Bastardos), Theon, Yara y Arya cruzan los mares sin que se nos muestre cómo ha sido esa travesía, ni cuánto tiempo les ha llevado hacerla.

Se entiende, la distancia y el tiempo están en 'Juego de Tronos' al servicio de la historia, y con tantos personajes y tramas que abarcar, es una cuestión de síntesis... 
Pero al final estamos ante relatos muy fragmentados que descolocan constantemente al espectador que no ha leído los libros ni está constantemente informándose en Internet. Y ese espectador no eres tú ni soy yo, pero es la mayoría de los millones que consumen la serie.




Pero quizás lo que más molesta de esta temporada como ya se ha dicho es que todo es demasiado predecible ¿Quién dudo alguna vez que Jon iba a revivir?  O ¿Que no  iba a ganar la batalla de los bastardos? Nadie, todo se veía demasiado previsible.  

Ahora claramente sabemos que  Jon Snow es un héroe. No, perdón: que es el héroe de esta historia. Si el clásico héroe tan desmotado de  la fantasía épica clásica. Un príncipe, con espada mágica, invencible en batalla, con amigos poderosos, enemigos convertidos en aliados y hasta una resurrección   mesiánica.    Habrá quien argumente que siempre lo ha sido, pero en una historia que se caracterizaba con romper esquemas es un gigantesco paso atrás lo que se ha terminado de confirmar en esta temporada.

Recordemos como comenzó el gran éxito de la serie con la decapitación repentina e inesperada de Ned Stark, "¡Eh, que aquí los héroes no van a ganar por ser héroes!". Y como este mensaje se parecía un poquito más a la realidad que conocemos, nos enganchamos. Los dragones, los buenos diálogos y la excelente producción ayudaban, pero lo que nos voló la cabeza fue que nos arrebataran a ese personaje al que nos habíamos aferrado como brújula moral y narrativa. Perdidos en los Siete Reinos, ya no había quien nos sacara de ellos.

Pero cuando comenzábamos a olvidar esto llego la fatídica la Boda Roja dos años después. Lo que algunos podrían interpretar como simple crueldad por parte de Martin hacia la familia Stark, otros lo entendimos como una nueva prueba de que este relato iba a ir por otros caminos distintos a la norma. Que aquí la guerra no se gana con grandes y heroicas batallas en el último momento, y que por mucho que nos encariñáramos de un grupo de personajes, podían ser brutalmente asesinados en cualquier momento. No uno, ni dos: todos ellos. Justamente en esta tercera temporada los productores comenzaron a meter más tijera a la historia, siendo la primera la  más fiel a los libros y "curiosamente" la mejor de todas ellas. A pesar de ser por lejos la de menor presupuesto.

Sin embargo, en este universo totalmente caótico e injusto, Jon Snow está resultando ser el héroe más convencional y tradicional del genero fantástico. Un Aragón, un Arturo, Un Dragón Renacido. Su bondad y su honor intactos durante seis temporadas le han llevado a ganar varias batallas imposibles, le han granjeado un título de poder y autoridad, el de Lord Comandante y ahora Rey, ayudándoloincluso a ser resucitado.




Para concluir con la coronación de Jon Snow como Rey en el Norte, auspiciado por los señores del norte que nunca acudieron a salvar Invernalia, convencidos por una elocuente niña líder de un puñado de soldados Lyanna Mormont bajo el auspicio de una música emotiva acompañaba los gritos eufóricos de los señores del norte mientras elegían a la cabeza de su nueva revolución independentista. Jon Snow se levantaba lentamente de su silla, de nuevo con cara de no saber muy bien qué ocurre, y probablemente pensando: "¿Qué he hecho esta vez?".

Pues no ha hecho nada. Como siempre, desde hace seis temporadas, en las que no ha sufrido más que una leve evolución como personaje. Y sin embargo, el universo de 'Juego de Tronos' no deja de premiarle, y sin duda seguirá haciéndolo: se casará con Daenerys, o bien se unirá a su causa y será Rey en el Norte, y liderará pasivamente (como siempre) la batalla contra los Caminantes Blancos, y cabalgará uno de los tres dragones, y será constantemente salvado y defendido por aquellos que le rodean y, por alguna extraña razón que tenemos que creernos, ven en él un inacabable potencial. Me hace acordar a cierto niño mago con anteojos que siempre he detestado.


 

Conclusión: Seguramente este programa pasara a la historia como una de las mejores series de todos los tiempos y pasado unos cuantos años la recordaremos con un halo de perfección que hoy en día se nos hace  difícil de profesar. Pero esto no significa que esta temporada haya sido realmente memorable, por lo tanto la calificación es fruto de la comparación con respecto al producto total y no un simple paralelismo con cualquier otra serie genérica.



Lo mejor:

  • El regreso del Perro.
  • El sacrificio de Hodor. 
Lo peor:
  • El invencible Jon.
  • Sub tramas cerradas sin mucho lucimiento.
  • Una temporada totalmente predecible.

 5/12.

viernes, 25 de marzo de 2016

Critica: 'Batman v Superman: El origen de la justicia' - Zack Snyder.


Una película repleta de altibajos la que en línea general desperdicia la posibilidad de ver enfrentados a dos de los superhéroes más grandes de la historia. En una cinta que se va degradando a medida que avanza en su dilatada travesía. 




Muchas películas suelen ser “simpáticas” para el crítico profesional (o sea personas normales con la diferencia que le pagan por ver películas y opinar sobre ellas). Esos mismos señores que hablaban de obra maestra como ‘Star Wars: El despertar de lafuerza’, Jurassic Wold y hasta de la agradable  Deadpool (ni más ni menos que ‘agradable’). Pero ya sea porque hay dinero de por medio o porque queda bien decirlo, estas películas reciben loas  mientras que otras sin tanta estrella como Cloud Atlas’ o ‘Linterna Verde’ son destrozadas sin miramiento.

A su vez por otro lado tenemos los fanáticos de Marvel o los de DC los que al mejor estilo barra brava de futbol defienden sus editoriales de comic sin importar lo bien o mal que lo hagan sus respectivas películas. Estas cosas debemos de tener en cuenta para hablar con cierto equilibrio sobre una de las películas más esperadas  de este movido año 2016 en materia de cine de superhéroes.





'Superman vs Batman: El origen de la justicia' es una película que perfectamente la podemos dividir en tres actos, siendo el primero una genialidad con unos 20 minutos apoteósicos en donde una malevola vocecita nos decía (“estos malditos comprados por Disney solo exageraron sus críticas”). En donde se nos presenta un Batman bien construido pero distinto al de Nolan. En donde se nos muestra las consecuencias de la pelea de Superman y Zod durante ‘Man of the Steel’ pero desde la perspectiva de un  humano; ni más ni menos que la de Bruce Wayne. En un potente telón de fondo para lo que vendría. 



Luego en el segundo acto vemos al villano de la cinta interpretado por  el actor de ‘Red Social’ Jesse Eisenberg quien vuelve a hacer de sí mismo, o bueno, de ese personaje tan estereotipado al que siempre interpreta en todas sus películas. En donde los flashback, los sueños proféticos y las constantes referencias pseudofilosofícas  sobre  Hombres y Dioses son el motor de una trama no tan estructurada pero aun así entendible. En donde algunas cosas se sienten forzadas y apresuradas pero a un nivel el cual podemos dejar pasar por alto. (‘Bueno quizás los críticos solo exageraron un poquito nada más’).



Pero luego llega el tercer acto y la película se termina de desflecar totalmente. Con un Lex Luthor horroroso,  mucho más similar al propio Joker que al Luthor que se convierte en el presidente de los Estados Unidos. Transformándose en un científico loco con mucho dinero y sin mucha astucia a la hora de llevar a cabo sus inentendibles actos. Allí la película recurre en demasía al recurso de  ‘la damisela en apuros’ como nuevo impulsor de la trama, algo que se lo podemos perdonar a Arrow o a la serie de Flash pero no a la película más cara de la historia.  En donde Superman pelea contra Batman por razones muy poco claras, tan poco claras como las razones que hacen que ambos comiencen a trabajar juntos.

 

Pero no todo es malo en la película. Gal Gadot introduce, de manera épica, a Wonder Woman al mundo de la cinematografía por primera vez. Por fin una figura femenina consigue la independencia y el interés suficiente para conseguir eclipsar este mundo de hombres y ser, de nuevo, una de las que más se luce a lo largo del largometraje, incluso más que los propios protagonistas. Quizás se echa en falta más minutos en pantalla o quizás simplemente le jugo a favor no tanta exposición. A su vez nobleza obliga decir que  el Batman de Ben Affleck es soberbio (en lo que tiene que ver con la actuación) siendo muy distinto al interpretado por Christian Bale pero mostrándose como la mejor actuación de todo el elenco. Mientras que el injustamente criticado Henry Cavill vuelve a mostrarnos un gran Superman. Siendo lo mejor de la cinta los efectos especiales y la utilización del 3D dando un gran lucimiento a los espectaculares combates.  



Conclusión: Con tres actos muy distintos se nota que la edición le jugo una muy mala pasada a una película que ya de por si es muy larga y que bebe en demasía de Watchmen. En donde Zack Snyder apelo demasiado al conocimiento en los comic de Frank Miller pero  el cine es un lenguaje completamente diferente de las contrapartes impresas en las cuales se inspira. Si una película requiere conocimientos previos para entenderla, directamente está mal hecha. En especial si estamos hablando de un blockbuster que debe amortizar unos 400 millones de dólares de presupuesto (‘Diablos esta vez los críticos tuvieron razón’).  

Lo mejor:
  • Los primeros 20 minutos de película.
  • Las actuaciones de Ben Affleck y  Gal Gadot.
  • Los efectos especiales.
Lo peor:
  • El peor villano de la historia del cine de superheroes  el Lex Luthor de Jesse Eisenberg.
  • Un guion confuso y pretencioso. 
  • Una película excesivamente larga con demasiadas subtramas. 
5-12



domingo, 4 de enero de 2015

Critica El Hobbit: 'La batalla de los cinco ejércitos' - Peter Jackson.



Con esta cinta se cierra una trilogía exagerada para un libro infantil tan escueto como lo es 'El Hobbit'. En donde se respeta muy poco la obra original, se sobre explota el CGI y donde la trama se diluyen en un combate de 40 minutos de épica fingida.




Con esta última entrega que cierra la trilogía de ‘El Hobbit’ Peter Jackson busca cerrar (al menos por un tiempo) su paseo por la tierra media. Un recorrido que lo llevo a la fama mundial con la notable trilogía de ‘El Señor de los Anillos’, en donde cosecho reconocimiento profesional, premios  y otra cosa  no menos importante; muchísimo dinero. Pero luego llegaron otros proyectos que pasaron sin pena ni gloria para el director. Mientras tanto trascurrieron unos cuantos años de querellas legales con los herederos de Tolkien para poder trabajar nuevamente dentro del universo creado por el profesor de lengua inglés. Entonces Metro-Goldwyn-Mayer que estaba a punto de quebrar decidió invertirlo todo en esta precuela. Pero como condición se pidió que no se hiciese una sola cinta, ni siquiera dos; como era la idea original, sino tres películas. Una trilogía que recogiera el legado de su predecesora aunque se utilizara como fuente de inspiración un cuento infantil de aventuras de apenas unas trescientas páginas firmadas  por un escritor amante de las extensas  descripciones, algo que indudablemente redujo el contenido central de la trama con relación a las palabras escritas. Repercutiendo notablemente en los tres largometrajes, con historias y personajes inventados, conjugado con un final  con gusto aguado. Hecho que queda manifiesto al ser la cinta por lejos más corta de las realizadas por Jackson dentro de la tierra media.  
  


‘La batalla de los cinco ejércitos’ comienza de forma demasiado abrupta y sin la mínima introducción, como si su segunda parte la hubiésemos visto ayer. En donde en los primeros cinco minutos matan al temible dragón, algo que nos hace preguntarnos porque no fue este el final ‘La desolación de Smaug’. Con una versión alternativa del libro de  dicho evento más fantasiosa y menos creíble  que la ofrecida en su versión original.
Así arranca la conclusión de Peter Jackson, la cual destaca por ser la más corta y la más irregular de las tres. Junto a esto, el realizador neozelandés vuelve a añadir tramas y personajes totalmente alejados del relato original escrito por J.R.R. Tolkien, y todo con tal de rellenar una cinta de 144 minutos que adapta poco más de 10 páginas respecto al libro del que procede.

 



Uno de los hechos más positivos de ‘El Señor de los Anillos’ fueron los agregados que realizo Jackson  a lo ya escrito, como un mayor destaque a ciertos personajes,  un enfoque menos machista y porque no; espacio para el amor. En esta nueva   trilogía se buscó hacer lo mismo  pero no funciono del todo. Tanto las tramas añadidas por Jackson, los personajes que no deberían estar o los inventados, como el desarrollo de la batalla final, que seguramente hará rechinar los dientes a los fanáticos de los libros no son del todo buenas. Con una historia de amor muy difícil de creer entre un enano (aunque con apariencia humana) y una elfa. Dos especies totalmente diferentes, seguramente con el mismo apetito sexual que el que tienen los perros y gatos entre si.
Es más parece que todo lo que altero el neozelandés fue para peor, lo que produce un resultado final agridulce, espectacular en lo visual pero insuficiente para aquéllos que deseaban revivir la trilogía de 'El señor de los anillos'. Así pues, Jackson intenta emular El retorno del rey en todo momento, donde no duda en replicar la batalla final de ésta, salvo que cambiando La Montaña Solitaria y la ciudad de Valle en vez de Gondor, y sustituyendo los personajes. Pero las comparaciones son odiosas, y este capítulo final se encuentra a años luz del ofrecido hace once años.




De esta forma, la trama absorbe más del libro de lo que hacía ‘La desolación de Smaug’, la cual se desentendía prácticamente de lo reflejado por Tolkien a esas alturas de su novela, pero es menos fiel de lo que fue ‘Un viaje inesperado’, que se convierte en la más fiel, a pesar de los añadidos extraídos de los apéndices y algún personaje adicional para añadir humor o épica. Sin embargo, esta tercera parte adolece de humor, donde su épica resulta demasiado forzada para un director que busca con demasiado ahínco la grandilocuencia, pero que se olvida de darle más ritmo y sentido a una batalla final desordenada que deriva en un final inconcluso e incompleto, algo bastante ilógico si tenemos en cuenta que ha destinado más de 8 horas de metraje para un relato que apenas supera las 300 páginas. De esta forma, la esperada batalla final que apuntaba a ser descomunal e inolvidable, se presenta recortada y remendada, con escenas de lucha y acción que lograrán resarcir a unos espectadores que buscaban recuperar la esencia de la obra original, pero que se quedarán perplejos al contemplar cómo por primera vez en todas las películas de Peter Jackson sobre la Tierra Media, La batalla de los cinco ejércitos necesita una edición extendida que refuerce su última etapa y dé más profundidad a un final precipitado y claramente incompleto.
Por supuesto cuenta con cosas buenas, las actuaciones cumplen al igual que el 3D que brindan mucha vida al films.  Pero, sin embargo, este episodio final no ofrece nada nuevo en el horizonte, sino que nos encontramos ante un Peter Jackson que no se atreve a improvisar, sino que va lo seguro, donde comete los mismos errores reflejados en las cintas anteriores pero de forma acentuada. Mientras que los 48 fotogramas por  segundo puede funcionar bien en el mundo de los videojuegos pero en el cine se ve todo demasiado acelerado y cómico al estilo 'El show de Benny Hill' quitando seriedad al asunto mostrado. 






Conclusión: ‘Los cinco ejércitos’  no ofrece nada nuevo a lo ya vivido, más bien lo empeora. Con un excesivo abuso de la pantalla verde que recuerda muchísimo a 'La amenaza fantasma' de George Lucas.  A pesar de ello, tomando en cuenta las dos películas anteriores es de agradecer que incluso con tanto cambio, Jackson mantenga los momentos fundamentales del relato original y nos ofrezca una trilogía que estaría mucho mejor valorada si no procediese de los libros que viene, y también si no hubiera tenido un nivel tan altísimo en la trilogía original. Una cinta que seguramente gustara más a los no lectores  que a los fanáticos de Tolkien pero que no deja de ser mediocre.


Lo mejor:

  • Efectos 3D.
  • Actuaciones buenas.


Lo peor:

  • Los cambios innecesarios a la trama.
  • Comienzo abrupto.
  • Sobreexplotación de la obra original.
  • Épica forzada.

05/12