Rincón osado: Nota 10

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lunes, 11 de abril de 2016

Critica: 'El libro de la selva' - Jon Favreau.


Una extraordinaria película que rescata lo mejor de los cuentos animados de antaño de Disney adaptándola a los tiempos que corren. Una cinta con un apartado técnico brillante y con uno de los mejores villanos de los últimos tiempos.




Había una vez un tiempo en donde no había tantos cientos y cientos de millones de dólares de por medio en una película, en donde el cine de animación de Disney tuvo sus años dorados, entre 1930 hasta 1970 aproximadamente. En esa época sin rigurosos estudios de mercados de por medio se “permitía matar” más personajes en películas para niños que los que mueren en los blockbuster actuales para adultos. Transformándose esas películas animadas en clásicos que supieron conmover a generaciones enteras con princesas, magia y animales parlantes. Justamente uno de los clásicos fue ‘El libro de la selva’ de 1967 dirigida por Wolfgang Reitherman. Ahora 49 años después Jon Favreau tenía la titánica tarea de lidiar con la necesidad ineludible de este tipo de cinta de conformar a un gran abanico de público de todas las edades, distintos niveles educativos y con distintas culturas a cuestas. Si bien es verdad que Favreau de esto sabe mucho al ser el precursor de los que es hoy el gigantesco  universo Marvel del cine al ser el director de las dos primeras películas de Iron Man. Pero como sabemos todos jugar con los recuerdo de la infancia de muchos o crear nuevos recuerdos para los niños de hoy, es una tarea extremadamente difícil porque somos muy exigente con respecto a nuestros idílicos recuerdos. 




Pero la fórmula propuesta por Jon Favreau funciona en un excelente equilibrio, sin desafinar en prácticamente ningún momento. Es una mezcla de escenas ligeras, trágicas, momentos de acción trepidantes y oscuras secuencias que aterrorizarán, durante un breve tiempo, a los más pequeños. Pero el equilibrio está ahí, y después de tenerle miedo al tigre de bengala Shere Khan, sueltas unas carcajadas con algún animalito gracioso, o a emocionarnos con la valentía o el ingenio de Mowgli. Hasta hay espacio para dos de las míticas canciones de antaño, la primera perfectamente enhebrada en el desarrollo de la cinta mientras que  la segunda se nota mucho más forzada. Siendo lo más flojo de la cinta las escenas alrededor del templo de los monos. 




Pero si bien la responsabilidad es mucho mayor en números de taquilla que  en la época dorada del cine de animación de Disney hoy en día se cuenta con elementos técnicos inimaginables medio siglo atrás. Porque esta versión con “actores de carne y hueso” en lo técnico y lo visual solo puede ser compara con Avatar la película más taquillera de  la historia. En este ‘El libro de la selva’  se recrea por computadora todo un mundo magnético, vivo, envolvente y lleno de detalles y profundidad que hace que ningún plano sea aburrido. En donde como en la cinta de Cameron el 3D también es muy bien utilizado siendo fundamental para apreciar toda la belleza de  la misma. Los árboles, las hojas, el agua, la luz, es un telón de fondo  en el que se desarrolla la acción vale por sí solo. Pero a pesar del extraordinario trabajo no es capaz de compararse al paso hacia delante, en cuanto a diseño y animación digital, que resultan los animales que acompañan a Mowgli (Neel Sethi). Los que se ven totalmente naturales pero con movimientos faciales  los que brindan una total humanización de los mismos sin dejar de parecer reales.



Pero si hay algo que debemos destacar ese es el malvado de esta cinta el terrible Shere Khan interpretado por Idris Elba. Un villano de los que ya no se ven y del que seguramente deberían aprender tanto Marvel como DC para crear los propios, dado que últimamente no han sabido crear ningún villano que realmente tenga carisma salvo raras excepciones. Con respecto al único actor de carne y hueso de la cinta (al menos con dialogo) el joven Neel Sethi cumple siendo ágil y simpático  sin ser ningún niño prodigio de la actuación. 

Pero lo central de esta historia no es justamente su protagonista sino el viaje y la evolución  del cachorro humano en su camino para transformarse en hombre. Siendo una clara  metáfora  hacia la autoaceptación y tolerancia ante la diversidad. Mowgli es un niño humano que tiene que afrontar los susurros y miradas de los animales de la jungla, que le temen o le aborrecen por ser diferente. Él empieza la película queriendo ser un lobo, y poco a poco, gracias a los personajes que se va encontrando en su camino, se acepta a sí mismo como lo que es, y aprende a ver las cosas buenas que puede aportar a los demás. Pero sin perder ese mensaje ecologista de la cinta animada de 1967 en donde muestran lo destructivo que puede llegar a ser el hombre con respecto a la naturaleza. En donde se nos deja como moraleja que si nos inclináramos más a menudo  ante los elefantes, seguramente seriamos un poco menos salvajes.



Conclusión: Aunque el doblaje en español tampoco esta tan mal  es una lástima no haber podido disfrutar las voces originales en inglés dado su excelente elenco bocal. Siendo  ‘El libro de la Selva’ una de las mejores películas de los últimos tiempos no solo por su extraordinario despliegue técnico sino por lo bien que se desarrolla su historia. Además de contar  con seguramente el mejor villano del año. Transformándose en una cinta disfrutable para personas de todas las edades y seguramente un imprescindible para entretener a los más pequeños  cuando llegue al mercado doméstico. 

Lo mejor:
  • Efectos especiales merecedores de un Oscar.
  • Una historia muy bien contada.
  • Un 3D muy bien aprovechado.
Lo peor:
  • La escena en el templo de los monos.
10/12

lunes, 12 de octubre de 2015

Critica: 'Me, Earl and the dying girl' - Alfonso Gomez-Rejón.



Premiada y alabada en el pasado festival de Sundance  Alfonso Gomez-Rejon nos presenta un  equilibrio casi perfecto entre la comedia, el drama y el arte. En este films en donde la adolescencia y la amistad toman por asalto a la audiencia con su intimista y tierna historia.




Antes que nada quiero agradecer a todos aquellos que se han preocupado y me han preguntado  por la falta de contenido nuevo a los Blog o al canal de YouTube. La verdad he tenido unas semanas muy complicadas desde el punto de vista familiar, de un día para otro le diagnosticaron un cáncer terminal a mi padre, enfermedad causada por medio siglo de tabaquismo. Por lo tanto he pasado el tiempo que no estoy trabajando (de algo hay que vivir) en hospitales ayudando a cuidarlo. Esta explicación tiene un doble sentido, por un lado responder a todos aquellos que me han consultado y por el otro mostrar el contexto desde donde se realiza esta reseña.



'Me, Earl and the dying girl' traducida horriblemente para nuestros hermanos españoles como como   'Yo, él y Raquel'  (no quiero pensar que nombre le pondrán para Latinoamérica) es una comedia dramática juvenil dirigida por Alfonso Gomez-Rejón con un guion de  Jesse Andrews, basada en la novela debut de este último.

La adolescencia por excelencia es una de las épocas de la vida más retratadas desde Hollywoodense, es la época del cambio, la etapa en donde el niño deja paso al hombre y en donde las hormonas están a flor de piel y todo asunto es de  vida o muerte. Normalmente el cine nos retrata esta época como “terrible”  ¿Pero qué adulto no quiere volver a tener más tiempo libre sin tener que pensar en la política o la economía? ¿Practicar deportes con amigos sin preocuparse de las esposas celosas? ¿O simplemente vivir de juerga en juerga sin tener que pensar en demasía en las  consecuencias laborales o familiares? Por lo tanto no es raro que este tipo de películas en especial cuando son planteadas de forma inteligentes funcionan para un público mayor a sus púberes protagonistas.  

‘Yo, Earl y la chica agonizante’ comienza cuando un  adolescente llamado Greg interpretado por Thomas Mann es obligado por su madre a pasar tiempo con Rachel (Olivia Cooke)  una joven de su misma edad enferma de leucemia. Greg hasta ahora ha trata de vivir sin desentonar con ninguna tribu urbana de su instituto buscando no llamar la atención de nadie en demasía. Siendo su gran pasatiempo filmar extrañas películas caseras inspiradas en clásicos de la filmografía mundial con su “socio” desde prescolar  Earl (Ronal Cyler II). Pero su relación con Rachel cambiara para siempre su mundo; por primera vez en la vida tendrá que “desentonar”.

La película juega con la melancolía, la alegría y la tristeza  en cada fotograma y en cada diálogo del films, profundizando en la insoportable complejidad del ser. Como una oportunidad perfecta para profundizar sobre los grises de una etapa estampada  en blanco o negro. Las medias tintas sobran. Y en este conflicto constante, la creatividad, las ideas estallan y las musas aparecen en forma de tormenta para desatar al autor que todos llevamos dentro. Sumemos a la fórmula el gran signo de interrogación que es la muerte, el romanticismo en tonos pastel y la amistad para toda la vida y tenemos la fórmula perfecta de lo que es crecer a pasos agigantados cuando aún no se ha aprendido a andar del todo.

Unos de los grandes aciertos de esta pelicula es que el propio escritor de la novela es la misma persona que firma el guion, por lo tanto el tono del libro se mantiene bastante impoluto a la hora de la siempre difícil transición a la pantalla. El propio director ha dicho en una entrevista reciente sobre su propia identificación con el guion de Jesse Andrews. 


“Cuando me topé con el guion de Jesse Andrews me identifique mucho con el personaje de Greg, un joven perdido que en un momento se tiene que enfrentar a la posibilidad de que la persona frente a él no va estar el día de mañana. Se expresa en una forma no con sus palabras sino haciendo una película; abstractamente.”.


Recordemos que el proyecto fue muy personal para el director originario de Laredo, Texas, ya que está dedicado a su padre quien falleció poco antes de comenzar el rodaje. Algo que se trasmite claramente en la cinta y me hizo sentir plenamente identificado dado lo contado al comienzo de este articulo.

El films comienza con el clásico personaje antisocial adolescente con una afición exacerbaba hacia el cine de culto. En donde   se nos plantean un sinfín de guiños y homenajes fácilmente identificables, hasta pequeños cascarillos a  películas a simple vista muy similares como lo es  la exitosa ‘Bajo la misma estrella’. Una apuesta en la que se pierde naturalidad pero se ganan afectos cinéfilos, conexión directa con aquellos que disfrutan observando como los referentes nos dirigen a recuerdos personales. Pero todo cambia cuando aparece  el personaje de Olivia Cooke y todo se eleva con su mezcla de luz y desolación. Su presentación, brillante, eleva al conjunto y aporta una frescura que, hasta ese momento, se encontraba sumergida en artificio pomposo. Un punto de inflexión que la película sabe usar de la mejor manera posible, tratando con respeto, inteligencia y delicadeza, un tema que en otras manos no es más que una excusa para la búsqueda incesante de la lágrima.
Pero Gómez-Rejon, apoyado en el guion de Jesse Andrews,  mantiene la compostura y no cede a la cursilería ni al tópico más reconocible. Por eso, a pesar de que la ruta establecida por la historia es más que previsible, uno se descubre emocionado ante la ternura de un tramo final que es, con mucha diferencia, lo mejor del films y eleva esta cinta película-arte. En esos momentos, la película, consigue pulsar todas aquellas teclas emocionales necesarias para conmover, poniendo un punto y final a una película que busca desde lo introspectivo hacer del público un intruso más en tan intimidad emotiva. En donde el poder del arte, el poder de la amistad, el poder de la muerte y el poder del amor son explotados desde el más positivo de los sentidos. Sin caer en la lágrima fácil o en la grandilocuencia de discursos mesiánicos, ahí es donde acierta de lleno una propuesta destinada a encoger el corazón sin que la sonrisa desaparezca en ningún momento. Una meta que consigue no pocas veces pese a su obsesión por ser, todo el tiempo, original y distinta. La melancolía frente al sol. La contradicción constante.  Pura adolescencia.





    Conclusión: Ganadora del "Grand Jury Prize" en Drama y el Premio de la Audiencia en Sundance 2015 'Me, Earl and the dying girl' no dejara indiferente a nadie,  conmoviendo  y alegrando a muchos en un carrusel de emociones en el tortuoso camino hacia la madurez. Una cinta extraordinariamente llevada a cabo por su director y un guion que como pocos refleja la esencia de la obra original.


      Lo mejor:

      • Su director.
      • El guion.
      • Un reparto que cumple.
      Lo peor:
      • Un poco mas de  "realismo" con respecto a  los gustos cinéfilos del protagonista adolescente.
       10/12




         

      domingo, 15 de febrero de 2015

      Critica: 'Kingsman: Servicio secreto' - Matthew Vaughn.

      Una película que llego con la undécima parte de la promoción de otras cintas estrenadas esta semana. Nos llega esta excelente película en donde el humor y la acción se combinan para crear una obra con mucho glamour.
        


      En una semana donde todos a favor o en contra solo hablan de ‘50 sombras de Grey’ se cuela esta cinta en un sigilo digno de Snake. 
      'Kingsman: Servicio secreto' es una cinta inspirada en el comic homónimo de Mark Millar. En donde Matthew Vaughn nos muestra una vez más que sabe perfectamente lo que hace cuando adapta este tipo de material a la gran pantalla. Luego del muy buen sabor de boca que nos dejó con ‘X-Men: Primera generación’, y la estupenda adaptación de la primera ‘Kick-Ass’. Vaughn nuevamente vuelve a adaptar otro comic de Mark Millar (luego de la ya nombrada ‘Kick-Ass’) con un resultado más que satisfactorio. En donde vemos parodiadas en tono de homenaje aquellas películas clásicas de espionaje, en donde se jugaba con el absurdo y no reflejar el “drama surrealista” que se usa hoy en día en las películas de espiás.
      Dentro del estilo característico de las obras de Miller ‘Kingsman: Servicio secreto’ nos cuenta la historia de un delincuente adolescente de los barrios bajos londinense al que su vida cambia para siempre gracias a la ayuda de un misterioso caballero. Para luego ser reclutado en una organización de espías ultra secreta, quienes llevan los ideales artúricos al mundo del espionajes sin despeinarse (literalmente).


      Kingsman es una agencia inglesa de agentes secretos que se encarga de poner orden en el mundo. Tras la muerte de uno de los agentes de nombre clave Lancelot, se convoca a un grupo de nuevos candidatos para ocupar su lugar. Allí es cuando entra en juego Eggsy, un delincuente juvenil con un potencial enorme de los barrios bajos, quien apadrinado por Harry Hart, uno de los más prestigiosos agentes comienza un periplo de entrenamiento para ingresar en la orden.
      Pero como se dice en la misma cinta y yo estoy totalmente de acuerdo, una cinta de espías (y cualquier historia de acción) es tan buena como su villano y en este caso el protagonizado por Samuel L. Jackson es totalmente brillante. En donde encarna a un supuesto filántropo de las comunicaciones quien tiene un maquiavélico plan para reducir el calentamiento global. El guion funciona perfectamente en función de la acción, el gore y el humor, en donde los contantes homenajes están a la orden del día y en donde no se teme a la auto parodia. 
      Perfectamente podemos dividir la película en dos partes, una primera hora de presentación de los personajes y su universo, para luego pasar a una segunda hora repleta de pura acción psicodélica.
      Matthew Vaughn se nota que sabe perfectamente lo que hace, y adapta como pocos este tipo de comic no convencional, en donde sabe perfectamente presentar a los personajes con grandes dosis de glamour para luego darse un festival de acción y violencia al mejor estilo Kill Bill de Tarantino. El director inglés sabe combinar perfectamente el lenguaje en un contraste perfecto que por sí mismo hace reír en donde es imprescindible verla en su lenguaje original para disfrutarla en su plenitud.
      Pero no todo es perfecto en Kingsman el abuso de la publicidad subliminal (y no tan subliminal también) esta sobreexplotado. Además la sangre digital le quita fuerza, aunque es comprensible dado que se buscó ampliar la calificación por edades.
      Otra cosa que maneja con maestría Vaughn es con la música, en especial a la hora de escoger las canciones y hacerlas comulgar con la imagen. Además de la música original de Henry Jackman. El mismo compositor de ‘X-Men: Primera generación’ y a ‘Big Hero 6’ funciona perfectamente.




      Con respecto al reparto si alguien brilla como ya se ha dicho es Samuel L. Jackson, el actor es un espectáculo en sí mismo. Su caracterización y vestuario son totalmente irrisorio, haciendo uno de los mejor villanos que hemos visto en los últimos tiempos. Una gran sorpresa fue ver Colin Firth el mismo de ‘El discurso del rey’, acostumbrado a cintas serias nominadas a grandes premios dar patadas y puñetazos sin perder el glamour. Quizás otros de los puntos más débiles de la película sea su protagonista el poco conocido Taron Egerton, quien en sí mismo no esta está mal, pero claramente queda eclipsado por el resto del reparto ante tanta estrella. Mientras que Merlín cumple (Mark Strong) aunque nos quedamos con ganas de más de él y un veterano pero vigente Michael Caine quien pone aun mas nivel al excelente reparto.  


      Conclusión: 
      ‘Kingsman: Servicio secreto’ ha sido la primera gran sorpresa del año. Una cinta que se mueve entre las viejas películas de James Bond y un Austin Powers adolescente. En donde la comedia y la acción funcionan perfectamente, con un reparto impecable y un ritmo de vértigo. Si tenemos que elegir una cinta que merezca secuela, Kigsman es la candidata perfecta. 
       Lo mejor:
      • Humor irreverente.
      • Grandes secuelas de acción. 
      • Un gran reparto.
       Lo peor:
      • Demasiada publicidad.
      • Sangre digital.
      10 - 12