"Siempre nos hemos definido por la capacidad de superar lo imposible. En esos momentos cuando nos atrevemos a apuntar más alto, para romper las barreras, para alcanzar las estrellas, para hacer lo desconocido, conocido. Fueron esos momentos como nuestros logros de mayor orgullo. Pero hemos perdido todo eso. O tal vez sólo hemos olvidado que seguimos siendo pioneros. Y apenas hemos empezado. Y que nuestros mayores logros no pueden estar detrás de nosotros, porque nuestro destino está por encima de nosotros."
Christopher Nolan es de esos directores que con sus innegables éxitos han sabido dividir las aguas entre aquellos que lo idolatran y aquellos que lo consideran un director sobrevalorado por el público. En este caso justamente esta brecha se hará más evidente dado que su meta fue más que ambiciosa.
A la hora de continuar su carrera luego del éxito de su trilogía sobre Batman el realizador busco alejarse del camino más sencillo y lucrativo de las grandes franquicias de superhéroes por una propuesta que no era ningún remake, secuela o ninguna de las tantas propuestas continuistas que tanto abundan en la pantalla grande en los últimos años. En este caso se miró hacia el cielo, hacia más allá de las estrellas en un camino que lo embarcó en un viaje hacia lo más profundo de la naturaleza humana; la exploración. Es una travesía increíble, aunque quizás esta vez como Ícaro en parte se haya acercado demasiado al sol.
La cinta nos lleva a un futuro, aparentemente no demasiado lejano, en el que el polvo lo cubre todo, y una plaga se va ha encargado en unos pocos años de casi todos los cultivos del planeta. El hambre se extiende por el mundo y el aire se hace cada vez más difícil de respirar justamente por el predominio de la omnipresente polvareda. Pero el mundo ha ido dejando de lado la ciencia involucionando hacia un último intento de supervivencia. Pero muchos ven que esa no es la solución y para tratar de salvar a la humanidad la NASA ha trabajado en secreto en un proyecto para buscar un nuevo planeta donde pueda sobrevivir la especie, utilizando un agujero de gusano para viajar a otra galaxia remota. Justamente por cosa de la física cuántica el encargado de llevar adelante esta titánica tarea será Cooper, un astronauta que se había reinventado como agricultor y que tiene que elegir entre quedarse con sus hijos o salvar a la humanidad.
'Interstellar' es una película grande. No solo por su duración, su excelente elenco o lo magnifico de sus efectos especiales, si no es grande porque en su temática busca abarcar no solo la complejidad del universo complejo sino también de la naturaleza de los sentimientos humanos, pavada de tarea. Porque 'Interstellar' es una historia sobre la supervivencia, sobre la curiosidad científica, pero al mismo tiempo también es una historia sobre la familia, y sobre el amor de un padre por su hija (porque del amor hacia el pobre hijo granjero vemos poco y nada durante la cinta). Christopher Nolan ha querido abarcar mucho, como siempre lo ha hecho, pero esta vez el salto parece gigantesco, ha arriesgado mucho abarcando tanto. El que no arriesga no gana, dicen, y Nolan ha vuelto a ganar, aunque esta vez queden más claros los tropiezos en un total igualmente sobresaliente.
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En sus casi tres horas de duración el realizador nos lleva en una travesía espacial como soñábamos en la época de Asimov o Arthur C. Clarke de ritmo intenso, que no deja tregua y que en ningún momento notemos la duración de la misma. La acción está siempre presente como solo Nolan puede presentarla y la ciencia tiene su buena cuota parte, recordemos que el director y guionista desde un principio fue asesorado por un grupo de expertos pero no por eso se olvido que después de todo es simplemente una película de ciencia ficción.
Los momentos de tensión, los de supervivencia, elevan la calidad de la película al infinito, y llegan todavía más allá cuando la banda sonora de Hans Zimmer se muestra más firme, jugando con el silencio del espacio de manera magistral. Tampoco funciona nada mal la inclusión del elemento emotivo, algo que siempre se la ha criticado a las cintas de Nolan. La relación de Cooper con su hija Murph, de hecho, es el combustible del viaje. Quizás sobreexplotándolo y como dice cierto comercial de bebida gaseosa de mi país nos dan ganas en ciertos pasajes que “Se corte con tanta dulzura”.
Matthew McConaughey se muestra notable en su interpretación y consigue volcar todo su talento interpretativo para ponernos en la piel de alguien con una decisión tan difícil de tomar, y el peso de ella a lo largo de cada paso que da. En el fondo, se nota que Nolan ha querido hacer una película sobre lo que significa ser padre, y aunque no le ha salido mal del todo, el gran problema que encuentro en 'Interstellar' es que no ha conseguido incluir al amor del todo bien en la ecuación. Cierto es que algunas escenas con su hija, tanto en la Tierra (sobre todo en la despedida) como a través de las grabaciones que le llegan desde la base, son realmente emotivas y muestran la fuerza de un vínculo entre un padre y un hijo. Pero es la única relación que funciona, los demás personajes parecen sobrar en toda la historia, desaprovechándolos a muchos de ellos. Por ejemplo, pocos padres dejarían tan claro quién es su hijo favorito, cuando el otro no ha hecho nada para desmerecer el amor de su padre, quizás simplemente ser menos inteligente que su hermana.
Con respecto al reparto este cumple, pero como se dijo con anterioridad dado la calidad del mismo no fue explotado como se hubiera querido. Siendo la participación mas pobre de todas la de la hermosa Anne Hathaway, quien cuenta con una presencia poco mas que figurativa y meramente decorativa dentro de la cinta.
Conclusión: Si bien Interstellar busco ser demasiado pretenciosa y abarcar algo más que el universo, es una excelente película. Una de las pocas cintas de los últimos años que merecen una segunda o hasta una tercera mirada para llegar comprenderse en su plenitud. En donde se jugó con demasía con el sentimentalismo como defecto, pero es de aplaudir como resalto el propio realizador que otro tipo de proyectos distintos a las grandes franquicias lleguen a los cines, con ideas complejas y sueños de grandezas. Más aun cuando estas nos hagan nuevamente mirar hacia las estrellas.
Lo Mejor:
- Una excelente actuación de Matthew McConaughey.
- Efectos especiales notables.
- Una historia totalmente novedosa.
- Se busca abarcar demasiado con un exceso de sentimentalismo.
- Anne Hathaway simplemente como una figura decorativa.
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