Uno de los elementos secundarios que se asumió a partir del anuncio de la creación de una tercera película de El Hobbit, luego que inicialmente el plan sólo apuntase a dos entregas, es que probablemente deberíamos desechar la posibilidad de una versión extendida de cada película. ¿O quizas no?
Era la idea de muchos: no se volvería a repetir lo que ocurrió con la trilogía de El Señor de los Anillos y que tuvo un resultado excepcional. Sí, para muchos esas versiones son mejores que las estrenadas en el cine, especialmente en lo que concierne a Las Dos Torres.
Pero aquello era algo que ahí tenía todo el sentido del mundo debido a la extensión del material original de Tolkien. En el caso de la aventura rumbo a la Montaña Solitaria, aquello no tenía mucho sentido. Por mucho que agreguen material de lso apéndices al por mayor. Es decir, no sólo la novela es súper corta, sino también, si debían filmar material adicional para sacar tres películas de las dos contempladas originalmente, era dificil pensar que concretarían versiones con más de 20 minutos adicionales para esta nueva trilogía de la Tierra Media. Pero equivocados estábamos.
Ayer se dio a conocer que en la división hogareña de Warner Bros. ya tienen un calendario de lanzamientos para 2013, el mismo que contempla la salida de una versión extendida de The Hobbit: An Unexpected Journey durante el último trimestre, justo para hacerla coincidir con el estreno de la segunda película de la serie: The Hobbit: The Desolation of Smaug. Ahora sólo resta saber cuánto durará cada película, porque si asumimos que durarán dos horas, en total serán más de seis para concretar el traspaso de una novela de 200 páginas.
Sé que muchos no alegarán, y de hecho se complacerán por revisitar este mundo sólo por lo que se logró en las películas anteriores, pero aún así el prejuicio sobre estas eventuales ediciones extendidas en la previa para muchos apuntarán a una sola línea: una de excesos. No es mi caso, prefiero mantenerme optimista, pero así es la cosa en torno a esta adaptación.
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