Estos días el mundo del entretenimiento esta sin grandes noticias. Y antes de inventarme algo. Les contare sobre este nuevo comic. Que comulga el mejor videojuego de este año 2012 con el noveno arte.
Estos días a llegado a Pc "Assassin creed 3" el quinto titulo de la saga. El que no entienda que investigue en paginas especializada si quiere profundizar en el tema. Lo importante que su argumento es realmente impresionante abriéndole puertas hacia otros géneros del entretenimiento como va a hacer el caso del cine que ya les presente.
Una de las líneas aprovechadas para indagar en el universo ucrónico de ficción que establece Assassin's Creed es el mundo del cómic, al que también debemos mencionar el papel que juegan las novelizaciones puntuales de la saga escritas por Oliver Bowden, de la que se han traducido algunas en castellano. En esta ocasión, les hablo del cómic de origen europeo –no confundir con la serie homónima de origen americano de Karl Kerschl y Cameron Stewart– que publica Planeta DeAgostini, una colección que indaga en algunos de los entresijos que proporciona la ambientación creada para la franquicia del videojuego. En el momento de esta reseña, la serie se compone hasta el momento por Desmondy Aquilus. Accipiter se publicará en castellano durante el mes de enero de 2013, mientras que Hawk se ha publicado en Francia durante este mismo mes de noviembre.
La ambientación de Assassin's Creed podemos definirla con un par de pinceladas. Es por un lado una historia de ciencia-ficción por los avances técnicos que supone el Animus, la máquina que permite a Desmond Miles regresar al pasado –de manera virtual, a través del ADN– para encarnar a sus antepasados asesinos, siendo el primero de ellos el joven Altair. Por el otro, una ucronía histórica por los intentos que Industrias Abstergo hace para investigar la historia, aunque sus propósitos son un misterio como jugadores iniciales del primer Assassin's Creed. Con esta premisa, el cómic guionizado por Eric Corbeyran trata de acercar al presunto jugador de la franquicia una historia que se apoya en los pilares del videojuego, pero no llega a cruzar esa línea que permite diferenciar un producto de ambientación original como es el videojuego Assassin's Creed con un cómic de factura propia que se desmarque de su origen ofreciendo algo novedoso. En lugar de eso, Assassin's Creed: Desmond es un refrito, al mismo tiempo que un resumen acelerado de lo que podemos encontrar en el primer videojuego de la saga, así como en los inicios del segundo. Por otro lado, los lápices de Djillali Defali, junto al colorido de Raphael Hedon, tampoco ofrecen nada excepcional en el apartado artístico, únicamente un acabado funcional para el tipo de producto que tenemos entre manos.
Dirigido principalmente a los habituales de la franquicia, este primer álbum no ofrece prácticamente nada nuevo a los conocedores de la primera entrega. Se trata en esencia de una precuela de Assassin's Creed II, aventura protagonizada por Ezio Auditore que nos lleva hasta la Italia del Renacimiento. Son diversos los guiños que los autores han puesto expresamente ahí para los que conocen el videojuego, aunque nada nuevo si somos de los que hemos explorado hasta el último detalle de Assassin's Creed. Por otro lado, si no has jugado al primer Assassin's Creed deberías hacerlo, de lo contrario sufrirás un spoiler total del mismo al tratarse de una precuela del segundo juego de la franquicia, algo nada deseable por la intriga que mantiene hasta el final la ambientación del mismo. Assassin's Creed: Desmond es un cómic dirigido únicamente a los completistas de la franquicia, pero no aporta nada a la saga que no conozca de antemano el jugador habitual. Ni sus personajes ni sus escenas de acción –demasiado apresuradas–, ni su premisa de cruce entre ciencia-ficción e historia es lo suficientemente atractiva de por sí sola como para que el cómic - al menos en esta primera entrega– tenga su propio carisma, mucho menos leerse de manera independiente sin conocer detalles de antemano, pues hará que el lector primerizo se pierda de manera total y absoluta en su ambientación subyacente. Un cómic tan prometedor como este debería ofrecer algo más. En última instancia, siempre quedará el videojuego.
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