Sin ser una obra maestra la duodécima
película de Marvel nos llega como un aire fresco dentro de esta franquicia
plenamente consolidada. En una cinta en donde el tamaño si importa mucho.
La segunda fase del Universo Cinematográfico llega
a su fin con 'Ant-Man'. Si bien mucha
gente esté en desacuerdo como Disney
a adaptado los comic de Marvel para
la pantalla grande es incuestionable que el estudio se ha consolidado como un
referente comercial con títulos que no siguen un mismo patrón, y precisamente
esa diversidad es la que ha propiciado su éxito.
Luego de doce películas es una tarea titánica en si
misma buscar no repetir las mismas formulas ganadoras una y otra vez. Si bien
podemos tomar a 'Guardianes de la
Galaxia' como la secuela espiritual de ‘Los
Vengadores’ supo tener su propio tono y logro sorprender mucho más que la
segunda película dirigida por Joss Whedon. No por esto podemos decir que son todas ellas
extraordinarias, simplemente que tanto en el acierto como en el error todas buscan
diferenciarse entre sí. Justamente en una entrevista reciente Peyton Reed expreso que cuando tomo el timón luego
del abandono de Edgar Wright lo que más
le exhorto Marvel fue probar cosas nuevas.
El largo proceso de preparación de 'Ant-Man' además de sus idas y vueltas ha desembocado, contra las expectativas de muchos escépticos, en uno de los títulos más originales del terreno cinematográfico de Marvel. La marcha de Edgar Wright, que había trabajado durante años en el guion junto a Joe Cornish, fue todo un duro golpe para el proyecto y para el estudio en general. Recordemos que Wright es bien conocido en el género de la comedia con títulos como 'Scott Pilgrim contra el mundo', por lo que la expectación de verle trabajar en un blockbuster eran muy grandes. Pero sin embargo el estudio supo reponerse y contrató a Peyton Reed, director que ya había estado cerca de dirigir 'Guardianes de la galaxia' y 'Los 4 fantásticos' para Sony, para ponerse al cargo del proyecto. Alguien más proclive a seguir las estrictas directrices de continuidad de Marvel Studios que su antecesor.
El largo proceso de preparación de 'Ant-Man' además de sus idas y vueltas ha desembocado, contra las expectativas de muchos escépticos, en uno de los títulos más originales del terreno cinematográfico de Marvel. La marcha de Edgar Wright, que había trabajado durante años en el guion junto a Joe Cornish, fue todo un duro golpe para el proyecto y para el estudio en general. Recordemos que Wright es bien conocido en el género de la comedia con títulos como 'Scott Pilgrim contra el mundo', por lo que la expectación de verle trabajar en un blockbuster eran muy grandes. Pero sin embargo el estudio supo reponerse y contrató a Peyton Reed, director que ya había estado cerca de dirigir 'Guardianes de la galaxia' y 'Los 4 fantásticos' para Sony, para ponerse al cargo del proyecto. Alguien más proclive a seguir las estrictas directrices de continuidad de Marvel Studios que su antecesor.
Probablemente quien no conozca todo ese drama previo al rodaje ni se dé cuenta cuando esté sentado en el cine viendo la película. No se puede negar que la esencia de Wright es evidente. La pelea entre el héroe y el villano en un maletín o el humor hilvanado con precisión con la acción. La cuestión más importante a tomar en cuenta por parte de Peyton Reed era tomar un poder “tan poco espectacular” como el de encogerse y poder darle una vuelta de tuercas para mostrarnos un tipo de acción nunca antes vista dentro de la franquicia, algo que se agradece. Algo más a destacar es que es una de las pocas cintas de superhéroes que no trata en su clímax de ser una nueva forma de parar otro inminente apocalipsis, algo que ya se ve demasiado repetitivo.
Centrándonos en la historia podemos clasificar a Ant-Man dentro de la estructura de una película de robos. Es una historia de orígenes y también de mentor-pupilo, pero buscando siempre mantenerse dentro de la estructura y el ritmo de una película de atracos. Siendo la relación de Hank Pym (Michael Douglas) y Scott Lang (Paul Rudd) muy similar a la presentada en ‘Batman del futuro’ en dónde el veterano es el cerebro y el más joven el cuerpo que puede llevar el traje pero poco más.
Algo sumamente positivo es que se utilizara menos pantalla verde que
otras cintas de la franquicia a pesar de sus 120 millones de dólares de
presupuesto algo que le brinda mayor realismo, recordándonos a un clásico como ‘Querida encogí a los niños’. No
siempre más es mejor.
Otro factor importante es que se nota que Ant-Man fue la primera cinta que se rodó
con las nuevas cámaras especializadas para el cine estereoscópico puesto que por
primera vez dentro de la franquicia el 3D es funcional a la historia y no una
simple manera de generar más dinero.
Luego de tanto elogio no podemos decir que ‘El hombre Hormiga’ es una panacea. Paul Rudd como Scott Lang queda demasiado eclipsado por un Michael Douglas quien es el verdadero protagonista en cada escena
en donde ambos comparten pantalla. Otra cosa que no funciona demasiado bien es
la química de la pareja protagónica, en donde todo se ve demasiado forzado y en
donde de un momento a otro tenemos dos tortolitos.
Otro de los grandes fallos del films es nuevamente
el villano como viene sucediendo casi siempre dentro de la franquicia. Muchos
nos quedamos con las ganas de ver a Corey Daniel Stoll como Lex Luthor luego de su
excelente actuación en ‘House of Cards’
pero al final recalo en Marvel para
interpretar otro villano. Un personaje demasiado flojo creado desde el más clásico
de los clichés “el aprendiz resentido” el que deja
desaprovechado a un actor que pudo haber dado mucho más. Quizás como dijo George R.R Martin ver dos super hombres peleando con los mismos
poderes no sea la mejor opción para sorprender.
Conclusión: Si bien los números no han sido espectaculares en
taquilla y los fallos ya enumerados, aun nos quedamos con ganas de ver una Ant-Man II. En donde se le dé la
posibilidad a Peyton Reed a trabajar
desde un principio y mostrarnos su visión más personal de uno de los más clásicos
Vengadores.
Lo mejor:
- Michael Douglas Hank Pym.
- El 3D.
- La forma en que fueron encarados los efectos especiales.
- El villano.
- Paul Rudd no se muestra solido en su papel.
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