Esta nueva versión cinematográfica de los encantadores personajes creados por Jim Henson es una aventura sumamente ligera y relajada, sin gran profundidad y con poco vuelo visual, pero que se puede disfrutar plenamente si no se acude a ella con expectativas demasiado grandes y ganas de recordar un humor mas sano que escasea en nuestro tiempo.
Escrita y protagonizada por Jason Segel, un actor que hasta el momento había destacado por su participación en comedias para adultos plagadas de referencias sexuales, “The Muppets” es un homenaje sincero y bastante fiel a la serie de los 70 y a las películas para la pantalla grande que se hicieron a inicios de los 80, hasta el punto de que la personalidad evidentemente procaz del comediante aludido resulta convenientemente enterrada. Como él mismo lo ha señalado, la intención de este filme era devolverle legitimidad a un humor blanco que no se basara en la burla del prójimo.
Por ese lado, la cinta cumple su cometido, ya que no hay nada hiriente ni particularmente agresivo en ella (a no ser que se consideren en este rubro las detonaciones ocasionadas por el Muppet ‘explosivo’ o la electrocución sufrida por Walter tras intentar cruzar una reja, que no le hace realmente daño a personaje). “The Muppets” es políticamente correcta, aunque su villano principal, Tex Richman (interpretado por Chris Cooper), es un avaricioso millonario tejano que se encuentra siempre dispuesto a apoderarse de las propiedades ajenas -y que podría ser fácilmente uno de los blancos del movimiento "Ocupa" si existiera y si no fuera tan, pero tan artificioso-.
Por supuesto, la falta de realismo no es una queja que se pueda presentar realmente ante una historia de los Muppets, más aún si ésta se encuentra financiada por los estudios Disney (quienes poseen actualmente los derechos de la franquicia). Pero lo que sí se puede esperar -y se encuentra- es una eficacia narrativa constante, una comicidad medida y mínimanente gratificante y, por supuesto, unos números musicales de buen nivel.
En el filme, los novios humanos Gary (Segel) y Mary (Amy Adams), que viven en el ficticio Smalltown USA, se unen a su amigo ‘muppetiano’ Walter hermano de Gary, para viajar a Los Angeles y tratar de salvar el viejo teatro de los Muppets, amenazado con el cierre y la demolición por el ya citado Richman. Con esos fines, convencen a la rana Rene para reagrupar al grupo original y realizar un show especial que les permita recaudar los 10 millones de dólares necesarios para el rescate.
Aunque la premisa no es novedosa ni demasiado creativa, sirve para el desarrollo de una trama que, en su primera parte, le permite tanto a Gary, Mary, Walter y la rana Rene como al espectador reencontrarse con los conocidos personajes, lo que se desarrolla mediante una serie de viñetas bastante divertidas. Nos gustó particularmente el redescubrimiento del oso Fozzie, quien es encontrado en un bar de mala muerte, tocando en una banda de 'covers' en la que se encuentra Dave Grohl, de los Foo Fighters.
Y es que una buena parte del encanto de “The Muppets” se encuentra en la inserción de diversas celebridades actuales, incluyendo no sólo el efímero paso de Grohl, sino también la presencia mucho más acentuada -aunque no del todo aprovechada- de Jack Black (convertido en anfitrión involuntario del espectáculo a beneficio) y los ‘cameos’ de Whoopi Goldberg, Zach Galifianakis, Selena Gómez y hasta el no tan conocido Rico Rodríguez, de “Modern Family”.
En realidad, la película tiene innumerables alusiones al universo original de los Muppets, pero también a la ciudad de Hollywood y a una de las propiedades más públicas de los estudios Disney, el Capitán Theatre, que se ve súbitamente transformado en el teatro de los Muppets. Las oportunidades comerciales no se ven nunca desperdiciadas, porque las vistas panorámicas del bulevar Hollywood le dan siempre cabida a un enorme letrero de “Cars 2”.
Por suerte, en medio de la andanada publicitaria que les fue sin duda impuesta por sus patrones, Segel y el director británico James Bobin (quien colaborara en la creación de los irreverentes proyectos fílmicos y televisivos de Sacha Baron Cohen) se las arreglan para sacar adelante una historia simpática y entretenida y, sobre todo, para respetar los perfiles de los personajes originales, aunque los lleven a veces a interpretar actos forzosamente modernos (como el que el grupo de las gallinas hace con el “F*** You” de Cee-Lo Green).
Hay otros números musicales que resultan más atemporales y más acertados, claro, como la canción que la Rana Rene canta casi al inicio, la que le toca a Adams cuando tiene que cenar sola en un restaurante y, por encima de todo, el notable dúo entre Segel y Walter, en el que ambos aparecen al lado de sus alter-egos ‘muppetiano’ y humano, respectivamente, para darle rienda suelta a una canción sobre la confusión existencial que se llevó recientemente un Oscar. Si les parece complicado, no se preocupen, porque “The Muppets” es la cosa más sencilla del mundo. Y debe ser apreciada del mismo modo.
Lo mejor:
- Recordar un pasado del cine y la televisión con un humor mas sano y porque no mas inteligente que el que vemos hoy en día.
- Lindas canciones.
- el argumento no es de lo mas inovador pero cumple su objetivo.
8 - 12
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