Sin identidad - Jaume Collet-Serra

Con Sin Identidad nos llega un esperado thriller que hizo en su momento logro una recaudación taquillera. Una historia atractiva que basa su interés en un personaje que va descubriendo detalles de su vida tras un acontecimiento traumático. Lamentablemente, ese interés decrece a medida que progresa el metraje.

Liam Neeson interpreta el papel del Dr. Martín Harris, que vuelve a la conciencia después de un accidente de automóvil en Berlín para descubrir que su esposa (January Jones) de repente no le reconoce y otro hombre (Aidan Quinn) ha asumido su identidad. Ignorado por las autoridades, que no le creen, y perseguido por unos misteriosos asesinos, se encuentra solo, cansado y a la fuga. Ayudado por una improbable aliada (Diane Kruger), Martín se sumerge completamente en un misterio mortal que le obliga a cuestionarse su cordura y su identidad y que le hace preguntarse hasta dónde tiene que llegar para descubrir la verdad.

Tenemos una premisa gastadísima, que desembocará en todos los clichés y situaciones tópicas que podamos imaginar. Para adaptar esta novela de Didier Van Cauwelaert, tenemos a responsables de telefilms de pseudoterror y películas de acción, Oliver Butcher y Stephen Cornwell. De este guión sólo podemos esperar sentirnos tremendamente irritados.

Lo mejor de la película, sin duda, el reparto. Liam Neeson sigue siendo un actor con una potencia asombrosa; un olvidado pero eficaz Aidan Quinn y el siempre misterioso Frank Langella. Por la parte alemana, nombres tan interesantes como Diane Kruger, Bruno Ganz y Sebastian Koch.

Si este buen reparto y la corrección visual de Collet-Serra, son para ti suficientes para compensar  un guión ajado y tópico hasta la parodia, y compensan también un final con sabor a poco, increíble y para colmo, esperado; entonces, esta puede ser tu película.

Lo mejor:

• El gran reparto tanto Norteamericano como Alemán
• Un Liam Nelson el cual lleva con soltura su papel a pesar de la pobreza del guion.
• La belleza de January Jones  y  Diane Kruger.

Lo peor:

·        Un final evidente.

·        Un montón de piezas de puzzle   unidas apenas con  cascolas

7-12