Rincón osado: abril 2011

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martes, 19 de abril de 2011

La cena de los tontos - Jay Roach



La función de la comedia es, obviamente, hacer reir, o mejor aún, sonreír, al espectador. Sin embargo, la comedia inteligente también da que pensar, y no es hoy tan frecuente como quisiéramos donde programas de televisión de la vecina orilla  desvirtúan el concepto de humor. Afortunadamente, este filme de Francis Veber incide en ese tipo de comedia que mueve alternativamente a la risa y a la sonrisa, y además trasciende su propio tema para "pinchar" en el trasero de más de uno: en este caso, en el de los inteligentes, ricos y guapos que carecen de escrúpulos y a veces se encuentran a merced de aquellos infelices, bobos y rematadamente idiotas que teóricamente iban a ser su hazmerreír. Por lo tanto cuando la termine de ver inmediatamente supe que tenia que aparecer en “el rincón de lo raro”. La trama (urdida por el propio Veber en una previa y exitosa obra de teatro) va de grupo de amigos millonarios que tienen como afición más o menos perversa reunirse de vez en cuando en una "cena de tontos", compitiendo todos en aportar el tonto más integral posible. Cuando nuestro protagonista encuentra al “campeón mundial en frikismo”, todo se desencadena en su contra: lo abandona su mujer, está a punto de ser inspeccionado por Hacienda... Finalmente el aturdido, que se le había complicado por todos lados, consigue desenredar la madeja y enderezar los entuertos; por una vez, Sancho Panza hace de Quijote, y viceversa.
Sátira sobre los superlativamente listos y exquisitos prohombres de vidas vacías, su moraleja, que no es baladí, es evidente, y se puede exponer con la frase del director francés Claude Chabrol  "La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus limites, la tontería no.", y, sobre todo, con el axioma "todo ser humano es digno de respeto, con independencia de lo bobo que pueda ser". Mención especial para un reparto de muy buendepempeño, sobre todo el genial Jacques Villeret, que compone a conciencia el papel de rey de los lelos, inesperadamente salvador del hombre al que, involuntariamente, había contribuido a hundir.
El filme está al servicio del divertido guión y de los diálogos y situaciones chispeantes, sin alharacas, como es habitual en este comediógrafo, Francis Veber, tan modesto en sus productos que no suele llamar la atención más que por las sonrisas cómplices que consigue del espectador. Una de las mejores películas de este pobre 2011 en materia del séptimo arte me refiero 


Lo mejor:
  • Un muy buen guion venido desde el mismo teatro francés.
  • Excelentes actuaciones 
Lo peor:
  • Algún que otro chiché un poco gastado
10-12


domingo, 17 de abril de 2011

Soy el numero cuatro



Una gran decepción. Eso es lo que me asaltó al ver una nueva película que se venía vendiendo como heredera, sucesora o nueva referencia juvenil al estilo “smallville”. Soy el Número Cuatro es una sucesiones de clichés de películas de adolescente utilizando el A, B, C, del manual del cine meramente  comercial.


Aunque precisamente, tal vez su principal interés se basaba en tratar de reunir un reparto conocido por el público juvenil (por lo que he podido averiguar entre los mas chicos). Como es el caso de Dianna Agron, a la que vemos cantando y dando brincos en la serie de televisión Glee. O Teresa Palmer, otro nuevo rostro "bonito" de Hollywood pero que hasta la fecha no parece ofrecer mucho más. Y precisamente esa es la sensación que ofrece Soy el Número Cuatro. Una película que perfectamente se puede calificar como "del montón". Insulsa, sin interés más allá de las consabidas escenas de acción a todo trapo y buenos efectos especiales. Sin las cuales más que una película sería una broma de mal gusto (no puedo creer que pagara  la entrada para algo como esto).

El argumento de Soy el Número Cuatro se presenta así: John Smith (Alex Pettyfer), un adolescente extraterrestre que intenta ocultarse de despiadados enemigos, enviados para destruirlo. Cambiando constantemente de identidad, mudándose de una ciudad a otra bajo la supervisión de su guardián Henri (Timothy Olyphant), John es siempre "el chico nuevo" del lugar, sin vínculos con el pasado. Pero ahora la pequeña Ohio se ha convertido en su hogar, y John deberá enfrentarse a nuevos hechos inesperados que le cambiarán la vida: su primer amor (Dianna Agron), el descubrimiento de poderosas y nuevas habilidades, y una conexión especial con aquellos que comparten su increíble destino.


Soy el Número Cuatro puede gustar (y sólo puede) a los más jóvenes y menos exigentes de la platea. Creo que nisiquiero los fans de crepúsculo le gustara la película.  Pero se olvidará tan pronto como la hemos visto (por suerte). Acción sin sustancia. Formula para hacer dinero que esta vez fallo. 



4/12